domingo, 23 de junio de 2013

MARGUERITE YOURCENAR . LA ELECCION DE ANTIGONA ...........POR RITA AMODEI

Caos o cosmos: la elección de Antígona de Marguerite Yourcenar.* Rebeca Obligado** rebecaobligado@hotmail.com Caos y cosmos Si tenemos en cuenta que “en la filosofía griega el concepto de cosmos resulta de la cuestión sobre la posibilidad comprobada de que el mundo no perezca a pesar de que las cosas particulares luchan entre sí … [porque] las cosas están unidas en su consistencia por un orden que las comprende a todas”1 nos haremos una idea de lo que su opuesto, caos, significará: el regreso a lo primigenio, a lo anterior a Gea, la Tierra, y a Urano, el Cielo. “En primer lugar existió, realmente, el Caos”, dice Hesíodo2. Caos es, entonces, el nomundo, de alguna manera la disolución. Si bien Marguerite Yourcenar, autora de Antígona o la elección, una de las prosas líricas que integran su obra Fuegos, se encarga de explicitar al lector en su prólogo que la elección de Antígona es la justicia3, es posible hacer una lectura en otra clave. El relato de Yourcenar se va desarrollando en un movimiento pendular entre dos polos: sombra y luz, odio y amor, caos y cosmos. Y aún dentro de esta lectura, la imagen misma del péndulo está tan presente que podría ser considerada ella también un eje temático. Como veremos, para la autora el orden no es algo estático, dado o alcanzado de una vez y para siempre, sino que incluye un movimiento, un acercamiento, un supremo esfuerzo, hasta tal punto que Dios, omnipresente en el relato ya por referencias directas, ya simbólicas, es figurado bajo la forma del Gran Relojero, de cuyo reloj Antígona es justamente el péndulo. Antígona y Tebas. Simbología Antígona o la elección es la síntesis de una amalgama atemporal de todos los mundos posibles, todas las épocas reales o no. Es la Antígona emblemática de Sófocles, muchísimo menos la de Eurípides en Las Fenicias, pero es también toda mujer, toda persona que ayer u hoy sufre, y ama y redime el caos por el amor4. La Tebas del relato es todas las Tebas, la de la esfinge, la de la desgraciada dinastía de Layo, la ciudad en guerra, entonces y ahora, con sus almenas, con sus fuertes, sus fusiles, sus trincheras, sus defensas, en fin, con sus faros que la alumbran en la niebla, iluminando un mar de cadáveres sobre los que camina Antígona “como Jesús camina sobre las aguas”5 (p.79). Y así, en un espacio y tiempo claro y difuso, con una pluralidad de sentidos (o polisemia), tan densa a veces para ser abarcada, la autora construye su símbolo, su símbolo * Publicado en Communio. Año 13, Nº 1. Pp.89-99. ** Miembro del Consejo de Redacción de Communio (ed. argentina). Licenciada en Letras, Filología clásica. 1 Coenen, L., Beyreuther, E., Bietenhard, H. Diccionario teológico del Nuevo Testamento. Salamanca, Sígueme, 1993. t.III. p. 138. 2 Hesíodo. Teogonía. V.116. 3 Tal como lo plantea Sófocles en su Antígona. Cf. vv. 450 y ss. 4 Cf. Sófocles. Antígona. v. 523 “No he nacido para compartir enemistad (sunéjthein) sino amor (fileîn)”. Del texto se interpreta que Antígona está hablando del amor a su familia. 5 Yourcenar, Marguerite. “Antigone ou le choix”, en: Feux. Paris, Gallimard, 1990. Las páginas citadas se harán por esta edición. 2 que trasciende para aclarar en su sentido más básico: para que la oscuridad se vuelva luz, entonces y siempre. Es la alegoría del caos que origina el odio instalado en la piel de la guerra6 convertido en cosmos-mundus por obra del amor. Tebas diurna. El sol, la sequía, el odio, la muerte Tebas, la Tebas de Beocia, de Esquilo, de Sófocles, de Eurípides y del mundo sin tiempo que ella contiene, se presenta a la hora del “mediodía profundo”, cuando “el odio está sobre Tebas como un aterrador sol” (p.75). Símbolo plurivalente por naturaleza, el sol aquí no es dador de vida sino un poder devastador, preanuncio de sequía y de muerte. Y a pesar de ese sol profundo los habitantes de la ciudad caminan como “sonámbulos de una interminable noche blanca” (p.75). Digamos ya que la autora hace frecuentísimo uso del oxímoron, tipo de antítesis muy utilizado, por otra parte, en la literatura ascéticomística, último recurso cuando las palabras no alcanzan y sólo la reunión de lo que intrínsecamente se rechaza parece lo adecuado para señalar tanta desmesura e hiperbólica insensatez. No hay atenuantes en la descripción de la ciudad y sus habitantes: la ciudad, sin esperanzas, duerme a plena luz del sol, sus gentes “tienen el aspecto de suicidas, …los corazones están secos como los campos, el corazón del nuevo rey está seco como una roca. Tanta sequedad llama la sangre”. E inmediatamente, la clave “el odio infecta las almas” (p.76). Resulta claro que Yourcenar desea unir, desde el comienzo del relato, la noción de muerte a la de odio, presentado como infección, algo interno que desde dentro se derrama y puede terminar contagiándolo todo. Más aún cuando esta “infección” se instala en el alma, la que ya desde Platón es considerada una realidad esencialmente inmortal. La “infección” parece ser la más radical posible. Este odio sólo podrá ser vencido en un combate cara a cara, personal, por su contrario, el amor7. Sólo que, a esta altura, no ha aparecido personaje alguno en la obra portador del necesario amor quien, voluntariamente, recorra el camino de la derrota-salvación. Antígona y el dolor-anteojos negros Allí, entre la noche que ya encontró Yocasta al suicidarse, en la larga noche en la que Edipo deambula al arrancarse los ojos, allí entre “los rostros endurecidos [de los tebanos] hechos de la tierra de las tumbas, … Antígona sola soporta las flechas … de Apolo … como si el dolor le sirviera de anteojos negros” (p.76). No deja de llamar la atención que se insista en la mención de Apolo, dios de la mesura, la música, la poesía, la belleza, gran amante del panteón olímpico, en este contexto de caos y muerte. ¿Acaso Yourcenar nos hace un guiño, anticipándonos el rol bienhechor que su Antígona cumplirá en el relato? Quizás, de cualquier forma la referencia queda abierta. El dolor no es aún redentor, sino es dolor-anteojos negros (otra vez presente y pasado enhebrados con total naturalidad), una anteojera, un simulacro que va a permitir a la gran sufriente caminar entre tanto odio y muerte que refulgen a la luz del día. 6 No olvidemos que la obra nos ha llegado, sin cambios, tal como fue escrita en 1935. 7 Cf. 1Ju 3, 14-15 (miseîn-agapân: odiar-amar). 3 Edipo y el dolor-serenidad Camina Antígona guiando a su padre ciego “hasta verlo reposar en una noche más definitiva que la ceguera humana, recostado en el lecho de las Furias, transformadas en diosas protectoras, porque todo dolor al que uno se abandona se transforma en serenidad” (p.77). De pronto, en medio de la ciudad sanguinolenta, “innoble” hasta la indecencia, hay un remanso de paz porque la hija fiel lleva a su padre ciego y desterrado a descansar definitivamente en la serenidad que su paso (¿aceptación?) por el dolor le confiere. El episodio narrado trae claros ecos de otra obra de Sófocles, la apoteosis de su más famoso personaje en Edipo en Colono, y sin embargo el tono es completamente atemporal. La hybris de Edipo se ha convertido en sofrosyne. ¿Es posible que la desmesura de Edipo devenga serenidad a través del dolor? La Antígona de Yourcenar así parece querer afirmarlo. Antígona en Tebas como San Pedro en Roma Otra clave es esta hija, esta hermana que, muerto su padre en Colono8, toma el camino de regreso a su Tebas arrasada por la guerra, “despeinada, sudorosa, objeto de burla para los locos y de escándalo para los sabios”9 (p.77), esta mujer “se dirige hacia Tebas como San Pedro entra en Roma, para allí hacerse sacrificar” (p.78). No parecen estructuradas al azar las dos referencias citadas: Antígona, burla y escándalo, y la imagen de la cruz, más aún cuando el texto expresamente deja en la indefinición el sujeto de la forma verbal “hacerse sacrificar”. El carácter universal de la heroína sigue llenándose de significancias y simbologías en manos de la gran escritora francesa. Cabe preguntarnos si, dado que hasta el momento Antígona es el único personaje, Yourcenar quiere señalar que existe una única sufriente, una única y solitaria figura que desde sí misma y por sí misma camina a su muerte. Es preguntarnos si existe “el otro” en la obra y cuál es su dimensión, preguntarnos si en su elaboración moderna hay un ser-encomunidad o todo es individualismo y realización personal. La comparación con “San Pedro en Roma” puede ser otra clave que nos permita encontrar el rumbo. Antígona y la luz invisible Se introduce Antígona, deslizándose en Tebas “invisible como una lámpara en la rojura del Infierno” (p.78). Destaquemos, otra vez, el oxímoron en la imagen de la luz que brilla entre el brillo de las llamas rojas, “invisible” porque el odio instalado en la ciudad no deja percibir aquello que sólo existe por ser visible, como la luz. La figura exacerba la sinrazón de la guerra y el odio que revuelve y trastoca las cosas hasta su misma esencia, al punto de instalar la pregunta de si esto que Yourcenar describe, donde todas las reglas se han quebrado, puede ser considerado mundo. “La rojura del Infierno”, sin embargo, ya lo adelanta, si esto es mundo lo es sólo por analogía, en su esencia es sólo caos y muerte. Sólo al final de la obra, e intentaremos ver cómo y por qué, volverá, resignificada, la imagen de la lámpara y su luz. Hasta ahora todo es sombra y oscuridad; las referencias lumínicas (sol, día, lámpara, luz) aparecen despojadas de todo sentido y al servicio de acentuar más todavía la tenebrura de Tebas de Beocia -todas las Tebas. En el movimiento 8 ¿Muerto?, arrebatado y redimido por el enviado de algún dios, “… partió sin gemidos y sin el dolor de las enfermedades, sino de forma maravillosa…” Cf. Sófocles, Edipo en Colono, vv. 1661-1665. 9 Cf. 1 Cor 1, 23. 4 pendular entre la luz y las sombras sólo están presentes hasta ahora estas últimas, la luz es exclusivamente su contraste. Pero Antígona regresa porque viene a cumplir una misión, su auto-impuesta libremente misión. Por eso regresa, por el amor a su hermano insepulto, deshonrado, despojado de lo más irrenunciable en el mundo griego: el derecho a la sepultura, al cumplimiento del mandato divino que exige dar honra a los muertos. Aunque sea el hermano que ha enfrentado la ciudad10, el alma del muerto recién encuentra en la tierra del sepulcro la seguridad de su ingreso a la paz del mundo subterráneo. La descripción de la ciudad entera es la más acabada imagen del caos, tanto al estilo de Hesíodo como “caos original”, como el más explícito de las “tinieblas infernales”11 de Platón e incluso como “el valle profundo, abismo” de los LXX12. Las imágenes de tinieblas se multiplican13 mientras buscando a su insepulto hermano “ella camina sobre los muertos como Jesús sobre el mar” (p.79), sobre esos cadáveres igualados por la muerte camina Antígona, portadora -aunque en el contexto aún se haga inverosímil- también de esperanza y de amor. Antígona, la sin- descendencia y la semilla Su nombre mismo, formado de la preposición antí, que en compuestos nominales puede significar tanto “igual a”, como “opuesto a” y goné “descendencia, semilla14, seno materno”, quizás pueda explicarnos tanta antítesis. En primer lugar la enigmática frase: “inocentes de las leyes, escandalosos desde la cuna, envueltos en el crimen como en una misma membrana, tienen en común su espantosa virginidad que consiste en no ser de este mundo: sus dos soledades se encuentran exactamente como dos bocas en un beso” (p.80). Antígona, la que no tendrá descendencia, pero, quizás y también, la semejante a una semilla, al seno materno, encuentra a su hermano Polinices, el de las muchas victorias como dice -ironía trágica- su nombre, “derrotado, despojado, muerto, habiendo alcanzado el fondo de la miseria humana” (p.80), y en ese instante de supremo vaciamiento, en el momento en que la muerte parece haber superado la victoria, “este muerto es la urna vacía donde derramar de un solo golpe todo el vino de un gran amor” (pp.80-81) y, haciéndose eco de la simbología clásica, Yourcenar recuerda la mítica imagen cósmica de Hesíodo del origen del universo, por medio de la cual se significa la derrota del caos por el cosmos y entonces “ella se curva sobre él como el cielo sobre la tierra, volviendo a formar así en su integridad el universo de Antígona”15 (p.80). Antígona, la hermana y su crucificado Sin embargo en el momento en que por primer vez el texto señala la palabra amor, el cuerpo casi descompuesto de Polinices, que ha estado días enteros expuesto al sol, a los 10 Una vez más constatamos la influencia de Sófocles en la composición de Yourcenar. 11 Platón. Axiocus 371e. Cf. Liddell & Scott. Greek-English Lexicon. Oxford, Clarendon Press, 1992. p. 1976. 12 Mi 1,6; Za. 14,4. Cf. Liddell & Scott. Op.cit. 13 El texto comienza hablando de “el fondo de las cisternas, …las habitaciones ya no son pozos de oscuridad” (p.75), sin embargo “ella redesciende, llevada por el peso de su corazón hacia los bajos fondos de los campos de batalla” (p.79), etc. 14 Esta referencia a la semilla se hará particularmente explícita un poco más adelante. 15 Cf. Hesíodo. Op.cit. vv. 126-128. 5 buitres y a los perros, ese cuerpo que se “está disolviendo como un recuerdo16” (p.81) sufre una gran metamorfosis y la autora incluye, una vez más, la cruz, uno de los símbolos más ricos posibles, cargado aún más de sentido por la tradición cristiana.17 Ahora Antígona “… lleva a su crucificado como se llevaría una cruz. De lo alto de las murallas Creonte ve venir este muerto sostenido por su alma inmortal. Los guardias pretorianos se precipitan, arrastran fuera del cementerio esta Gárgola18 de la Resurrección … apartada de su muerto esta muchacha que baja la frente parece cargar el peso de Dios” (p.81). No parece caber duda de la voluntad de convertir a Antígona en un símbolo fuertemente polisémico pues ella no es sólo portadora de luz, amor, caridad, sino también de una cruz, gárgola -en una imagen dura, cosificante- de la Resurrección (con mayúscula, en el original). Antígona regresa a Tebas-Roma para hacerse crucificar por el amor al otro, al hermano, por amor fraternal, entonces, imagen de todo amor. Tebas nocturna. Un cielo sin astros. Y para acentuar la alegoría sigue el texto: “la ciudad sin piedad ignora los crepúsculos, el día se hace de noche de golpe, como una bombita quemada que deja de dar luz … Los hombres no tienen destinos porque el mundo está sin astros.” (pp.81-82). Ese día de luz invisible, ese “mediodía profundo”, de sol enceguecedor, de sol de muerte, se hace súbitamente noche, el mundo ya no tiene estrellas que guíen desde el cielo (sigue el juego de los símbolos, las claves de lectura, como se ve, son tantas que no pueden ser abarcadas en este pequeño artículo) y “ella avanza en esta noche fusilada por los faros, sus cabellos de loca, sus harapos de mendiga, sus uñas de ladrona muestran hasta dónde debe ir la caridad de una hermana. (…) En plena noche ella se convierte en una lámpara. (…) No se puede matar la luz, sólo se puede sofocarla” (p.82)19. Empieza a develarse la metáfora Antígona-luz; aún es la noche pero ella es luz, en el momento en que su caridad de hermana nos revela su misión. Es particularmente importante la utilización de la palabra “caridad” dado que la autora misma, ya lo vimos, había señalado que la elección (misión) de Antígona era la justicia. Sin embargo en Tebas todavía la noche sigue señoreando … Antígona y su retorno al país de las semillas En este momento Yourcenar se aparta de la tradición de Sófocles quien, ateniense de la época clásica, necesita que el orden sustituya al caos y hace que Antígona pueda cumplir al menos con la sepultura simbólica, vertiendo sobre su hermano Polinices unos puñados de tierra. Era muy común entre los grandes trágicos que los mitos fueran reelaborados. En realidad era algo que el público apreciaba especialmente del teatro: cómo 16 Así consideraban los griegos a los muertos: formas vacías, apenas recuerdos de los vivos o sombras sin memoria, vagando en el mundo de Hades. 17 “La cruz tiene … una función de síntesis y de medida. En ella se unen el cielo y la tierra… En ella se entremezclan el tiempo y el espacio. Ella es el cordón umbilical jamás cortado del cosmos ligado al centro original. (…) “… imagen [de] la historia de la salvación… simboliza al Crucificado, Cristo, el Salvador …”. Chevalier,J.-Gheerbrant,A. Diccionario de los símbolos. Barcelona, Herder, 1999. pp.362-363. 18 En el original Goule, criatura de las mitologías mesopotámicas y árabes pasó luego a la mitología del mundo romanizado. Figura femenina, aunque asexuada, es a veces una “muerta en vida”, a veces un monstruo que desentierra los cadáveres de los cementerios para alimentarse de ellos. 19 Cf. Mt 5,14-15. 6 cada autor decía el mito ya conocido por todos. Siguiendo con esa tradición, nuestra autora se aparta del original sofocleano y plantea un conflicto más dramático aún pues no parece brindarnos salida alguna. La oscuridad lo cubre todo, Antígona es arrojada a las catacumbas (observar la alusión) sin poder llevar a cabo ningún rito, ni aún simbólico, de sepultura. No hay más opciones: debe partir de la Tebas nocturna, del caos que el odio ha convertido en furor y desesperación. Creonte desafía las leyes de los dioses y duerme sobre la “almohada de la Razón de Estado” (p.84), mientras “ella retorna al país de las fuentes, de los tesoros, de las semillas” (pp.82-83) en una nueva alusión que juega con la etimología -como hemos visto más arriba- de su nombre. La autora nos advierte “el mediodía profundo hablaba de furor: la medianoche profunda habla de desesperación. El tiempo no existe más en esta Tebas sin astros; las gentes que duermen estiradas en el negro absoluto no ven más su conciencia” (p.83). Antígona y la luz visible. Y entonces, de repente, “en el silencio de bestia de la ciudad que duerme su crimen como una borrachera, se precisa un latido venido de debajo de la tierra… Creonte se levanta, palpando a ciegas encuentra la puerta de los subterráneos (…). Una vaga fosforescencia que emana de Antígona le hace reconocer a Hemón colgado del cuello de la inmensa suicida, llevado por la oscilación de ese péndulo que parece medir la amplitud de la muerte. Ligados el uno al otro…” (p.84). Hemón, el hijo mayor del tiránico rey Creonte, ha preferido suicidarse junto a su amada Antígona, no ha resistido vivir sin amor. Antígona, la inmensa hija, la inmensa hermana ha preferido convertirse en la “inmensa suicida” y así partir “a la búsqueda de su estrella situada en las antípodas de la razón humana20 y que no puede alcanzar más que pasando por la tumba” (p. 83). De las entrañas de la tierra misma nace el latido de salvación. Sólo el amor redime, sólo el amor enciende la luz. Antígona, aún muerta, “emana una vaga fosforescencia”. En la noche profunda el amor se hace luz y por la fuerza de ese amor que emana del cadáver pendulante “el tiempo retoma su curso al compás del ruido del reloj de Dios. El péndulo del mundo es el corazón de Antígona” (p.85). El amor vuelve cosmos al caos, luz a las sombras. En su pequeña prosa lírica, riquísima, de múltiples sentidos, de exquisitos paralelismos y alusiones, Marguerite Yourcenar nos dice que Tebas o el caos desatado por el odio fratricida y fraternal, Tebas de ayer y de siempre, se redime por el amor encarnado hasta la muerte en una mujer, Antígona, la virgen, la que no tendrá descendencia, pero también la semejante a una fuente, a una semilla que vuelve a buscar el sentido en las profundidades de la tierra. ¿Es acaso el amor estéril, como podría sugerir la etimología Antígona-antí goné? La doncella clásica, la gran virgen de Sófocles, deja como herencia de su amor nada menos que un orden vuelto mundo. Antígona logra que el caos se vuelva cosmos, significado en primer lugar por “el peso palpitante [que] vuelve a poner en movimiento la maquinaria de los astros” (pp.84-85), porque “el aire reseco se llena de una 20 La luz y el Amor se encuentran más allá de la razón del hombre. “Entréme donde no supe, // y quedéme no sabiendo,// toda ciencia trascendiendo”. San Juan de la Cruz, “Poesías, III” en: San Juan de la Cruz. Obras Completas. Laberinto, Ed. Séneca, Méjico, 1942. 7 pulsación de arterias” (p.85) y porque el tiempo reanuda su curso marcado por un orden, simbolizado por el reloj, reloj de Dios, último referente del cosmos restablecido. Sin embargo tal maquinaria necesitó de un péndulo para ponerse en funcionamiento y ese péndulo es el corazón de Antígona que pasó por tres “aspectos de su trágico amor”: Edipo, su padre y también su hermano, Polinices, su hermano insepulto y Hemón, su prometido, figura silenciosa y amante que la siguió a la muerte, aún cuando ella no se lo hubiera pedido. Cosmos y mundus Lo que el griego significa como cosmos, la civilización latina lo significó con una palabra de etimología incierta (¿quizás estrusca?21): mundus, que en primer lugar señala a un conjunto de cuerpos celestes, cielos y universos luminosos y luego, por extensión, lo que hoy llamamos mundo. Y entonces podemos leer la elección de Antígona no sólo como una búsqueda del restablecimiento de la justicia divina que ordena sepultar a los muertos por encima de sus faltas y más allá de cualquier razón de estado, lo cual es la interpretación más aceptada, sino también en clave de amor. No parece caber duda de que, en las imágenes utilizadas, las simbologías más o menos explícitas y demás elementos que, someramente, hemos esbozado, la autora ha querido también decirnos que Antígona eligió el amor, simbolizado especialmente en el juego pendular entre la luz y las sombras, como instrumento y única vía para que el caos que sigue al odio se vuelva cosmos-mundus y así la “innoble ciudad” alcanzara su redención. 21 Cf. Ernout-Meillet. Dictionnaire Étymologique de la langue latine. Histoire des mots. Paris, Klincksieck, 2001. p. 420.

viernes, 21 de junio de 2013

GABRIEL GARCIA MARQUEZ . CIEN AÑOS DE SOLEDAD ......POR RITA AMODEI

Cien años de soledad es una novela del escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura en 1982, Gabriel García Márquez. Considerada una obra maestra de la literatura hispanoamericana y universal, es una de las obras más traducidas y leídas en español.[1] Fue catalogada como una de las obras más importantes de la lengua castellana durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Cartagena de Indias en marzo de 2007.[2] Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX del periódico español El Mundo,[3] en la lista de los 100 libros del siglo XX del diario francés Le Monde y en los 100 mejores libros de todos los tiempos del Club de libros de Noruega.[4] La primera edición de la novela fue publicada en Buenos Aires en mayo de 1967 por la editorial Sudamericana[5] con una gran acogida por parte de la crítica y del público, tuvo un tiraje inicial de 8.000 ejemplares; hasta la fecha se han vendido más de 30 millones de ejemplares y ha sido traducida a 35 idiomas.[1] Contexto[editar]La novela Cien años de soledad fue escrita por Gabriel García Márquez durante dieciocho meses,[6] entre 1965 y 1966 en Ciudad de México, y se publicó por primera vez a mediados de 1967 en Buenos Aires.[7] La idea original de esta obra surge en 1952 durante un viaje que realiza el autor a su pueblo natal, Aracataca, en compañía de su madre.[8] En su cuento Un día después del sábado publicado en 1954, hace referencia por primera vez a Macondo, y varios de los personajes de esta obra aparecen en algunos de sus cuentos y novelas anteriores.[9] Gabriel García Márquez, el autor.Gabriel García Márquez inicialmente le presentó Cien años de Soledad a Carlos Barral, quien a mediados de los años 60 dirigía la que en ese entonces era la editorial de vanguardia en lengua castellana Seix Barral, pero Carlos Barral le dijo a García Márquez: Yo creo que esa novela no va a tener éxito, yo creo que esa novela no sirve. Sin embargo, García Márquez no cesó y logró que Sudamericana le editase el libro.[10] En un comienzo, pensó en titular su novela La casa, pero se decidió por Cien años de soledad para evitar confusiones con la novela La casa grande, publicada en 1954 por su amigo, el escritor Álvaro Cepeda Samudio. La primera edición de Cien años de soledad fue publicada el 5 de junio de 1967 por la editorial Sudamericana de Buenos Aires a donde fueron enviados los originales por correo divididos en dos partes, porque debido a las dificultades económicas del escritor no pudo pagar el primer envío completo.[6] La novela fue dedicada por el autor a Jomi García Ascot y esposa, María Luisa Elío.[6] Ambos eran escritores, amigos de García Márquez, inmigrantes en México (como el propio autor) y le brindaron un importante apoyo durante la difícil época que vivió mientras escribía el libro.[11] Composición[editar]El libro se compone de 20 capítulos no titulados, en los cuales se narra una historia con una estructura cíclica temporal, ya que los acontecimientos del pueblo y de la familia Buendía, así como los nombres de los personajes se repiten una y otra vez, fusionando la fantasía con la realidad. En los tres primeros capítulos se narra el éxodo de un grupo de familias y el establecimiento del pueblo de Macondo, desde el capítulo 4 hasta el 16 se trata el desarrollo económico, político y social del pueblo y los últimos cuatro capítulos narran su decadencia. La más reciente edición del libro es del año 2007, publicada en un esfuerzo conjunto de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española para rendir un homenaje a su autor a propósito de sus ochenta años de edad y de cumplirse 40 de la publicación del libro.[12] Argumento[editar]El libro narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el pueblo ficticio de Macondo.[13] José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que su descendencia podía tener cola de cerdo. En una pelea de gallos en la que resultó muerto el animal de Prudencio Aguilar, éste, enardecido por la derrota, le gritó a José Arcadio Buendía, dueño del vencedor: "A ver si ese gallo le hace el favor a tu mujer", ya que la gente del pueblo sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían tenido relaciones en un año de matrimonio (por el miedo de Úrsula de que la descendencia naciera con cola de cerdo). Así fue como José Arcadio Buendía reta en duelo a Prudencio, en el que, José Arcadio lo mata al atravesarle la garganta con una lanza. Sin embargo, su fantasma lo atormenta apareciéndose repetidas veces en su casa lavándose la herida mortal con un tapón de esparto. Así es como José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán deciden irse a la sierra. En medio del camino José Arcadio Buendía tiene un sueño en que se le aparecen construcciones con paredes de espejo y, preguntando su nombre, le responden "Macondo". Así, despierto del sueño, decide detener la caravana, hacer un claro en la selva y habitar ahí. El pueblo es fundado por diversas familias conducidas por José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, quienes tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta (nombres que se repetirán en las siguientes generaciones). José Arcadio Buendía, el fundador, es la persona que lidera e investiga con las novedades que traen los gitanos al pueblo (teniendo una amistad especial con Melquíades, quien muere en variadas ocasiones y que sería fundamental para el destino de la familia), y termina su vida atado al castaño hasta donde llega el fantasma de su antiguo enemigo Prudencio Aguilar, (al que le había dado muerte con una lanza en el cuello antes de fundar Macondo) con el que dialoga. Úrsula es la matriarca de la familia, quien vive durante más de cien años cuidando de la familia y del hogar. El pueblo poco a poco va creciendo y con este crecimiento llegan habitantes del otro lado de la ciénaga.[14] Con ellos se incrementa la actividad comercial y la construcción en Macondo. Inexplicablemente llega Rebeca, a quienes los Buendía adoptan como hija. Por desgracia, llegan también con ella la peste del insomnio y la peste del olvido causada por el insomnio. La pérdida de la memoria obliga a sus habitantes a crear un método para recordar las cosas y José Arcadio Buendia comienza a etiquetar todos los objetos para recordar sus nombres; no obstante, este método empieza a fallar cuando las personas también olvidan leer. Un día, regresa Melquíades de la muerte con una bebida para restablecer la memoria que surte efecto inmediatamente, y en agradecimiento es invitado a quedarse a vivir en la casa. En esos momentos escribe unos pergaminos que sólo podrían ser descifrados cien años después. Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía (segundo hijo de José Arcadio Buendía), a luchar contra el régimen conservador. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo de Pilar Ternera y José Arcadio, el primer hijo de José Arcadio Buendía) es designado por su tío jefe civil y militar, y se transforma en un brutal dictador, quien es fusilado cuando el conservadurismo retoma el poder. La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz que durará hasta el fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho, pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la política y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, de donde sale solamente para venderlos. Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano Centeno al frente del negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer el tren. Regresa al cabo de poco tiempo, cumpliendo con su misión, la cual genera un gran desarrollo, ya que con el tren, llegan también el telégrafo, el gramófono y el cine. Entonces el pueblo se convierte en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos lugares. Algunos extranjeros recién llegados empiezan una plantación de banano cerca de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento de una huelga en la plantación bananera; para acabar con ella, se hace presente el ejército nacional y los trabajadores que protestan son asesinados y arrojados al mar. Después de la masacre de los trabajadores del banano, el pueblo es asediado por las lluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y dos días. Úrsula dice que espera el final de las lluvias para finalmente morir. Nace Aureliano Babilonia, el último miembro de la línea Buendía (inicialmente referido como Aureliano Buendía, hasta que más adelante descubre por los pergaminos de Melquíades que su apellido paterno es Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y Macondo queda desolado. La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía; Aureliano se dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el laboratorio, hasta que regresa de Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un romance. De este, Amaranta Úrsula queda embarazada y tiene un niño que al nacer se descubre con cola de cerdo; ella muere desangrada después del parto. Aureliano Babilonia, desesperado, sale al pueblo llamando de puerta en puerta, pero Macondo ahora es un pueblo abandonado y solo encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente, quedándose dormido. Al despertar se acuerda del niño recién nacido y corre a buscarlo, pero a su llegada encuentra que se lo están comiendo las hormigas. Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de Melquíades. Con vientos huracanados asediando Macondo y el lugar en el que estaba presente, termina de descifrar la historia de los Buendía que ya estaba allí escrita con anticipación, encontrando que al terminar de leerlos, finalizaría su propia historia y con él, la historia de Macondo, el cual sería arrasado por el viento y borrado de cualquier memoria humana... "porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra". Temas centrales[editar]La soledad[editar]Durante la novela, todos sus personajes parecen que están predestinados a padecer de la soledad, como una característica innata de la familia Buendía.[15] [16] El pueblo mismo vive aislado de la modernidad, siempre a la espera de la llegada de los gitanos para traer los nuevos inventos; y el olvido, frecuente en los acontecimientos trágicos recurrentes en la historia de la cultura que presenta la obra. Principalmente se hace evidente la soledad en el coronel Aureliano Buendía, ya que su inhabilidad para expresar el amor hace que se marche a la guerra dejando hijos por diversos lugares de madres diferentes; en alguna ocasión solicitó trazar un círculo de tres metros a su alrededor para evitar que se le acercaran y después de firmar la paz, se dispara en el pecho para no tener que afrontar su futuro, con tan mala fortuna que no logra su propósito y pasa su vejez en el laboratorio de alquimia elaborando pescaditos de oro que deshace y rehace en un pacto honrado con la soledad. Otros personajes como el fundador de Macondo, José Arcadio Buendía (quien muere solo, atado a un árbol), Úrsula (quien vive la soledad en la ceguera de su vejez), José Arcadio (hijo del fundador) y Rebeca (quienes se marchan a habitar solos en otra casa por haber "deshonrado" a la familia), Amaranta (quien permanece y muere soltera y virgen), Gerineldo Márquez (quien espera una pensión que nunca llega y el amor de Amaranta), Pietro Crespi (quien se suicida ante el rechazo de Amaranta), José Arcadio Segundo (quien desde que vio un fusilamiento nunca tuvo relación con nadie y pasó sus últimos años encerrado en el cuarto de Melquíades), Fernanda del Carpio (quien fue criada para ser reina y la primera vez que sale de su casa es a los 12 años de edad), Remedios 'Meme' Buendía (la cual fue enviada a un convento, en contra de su voluntad, pero completamente resignada luego de la desgracia que sufrió Mauricio Babilonia y se condena al eterno silencio), y Aureliano Babilonia (quien pasa encerrado en el cuarto de Melquíades; e incluso hubo un momento en que habitó completamente solo en la casa de los Buendía, después del asesinato del último José Arcadio y antes de la llegada de Amaranta Úrsula) entre otros, sufren las consecuencias de su soledad y abandono. La razón primordial por la cual sus personajes terminan solos es su incapacidad de amar o sus prejuicios, lo cual se rompe con el matrimonio de Aureliano Babilonia y Amaranta Úrsula, que provocan un final lúgubre en la historia en el cual el único hijo procreado con amor es devorado por las hormigas. La estirpe estaba condenada a cien años de soledad, por lo cual no podían amar. Hay un caso excepcional que es el de Aureliano Segundo con Petra Cotes, quienes se aman, pero nunca tienen un hijo. La única opción que tenía un miembro de la familia de tener un hijo con amor era tenerlo con otro miembro de la familia, que fue lo que pasó con Aureliano Babilonia y su tía Amaranta Úrsula, y además este único ser engendrado con amor estaba destinado a morir y con ello acabar con la estirpe. En conclusión se puede decir que la soledad está presente en todas las generaciones.[5] El suicidio, el amor, el desamor, la traición, la libertad, el rencor, la pasión, el acercamiento hacia lo indebido, entre otros, son temas secundarios que a lo largo hacen que Cien años de soledad sea una novela que cambia la perspectiva de muchos y nos da a entender que en este mundo vivimos y morimos solos. La realidad y la ficción[editar]La narración presenta eventos fantásticos dentro de la cotidianeidad, situación que para los personajes no es anormal; asimismo, se hace frecuente la exageración del entorno.[17] [18] También se presentan hechos históricos de Colombia como las guerras civiles entre partidos políticos y la matanza de las bananeras dentro del mito de Macondo. Eventos como la elevación de Remedios, la profecía en los pergaminos de Melquíades, la levitación del padre Nicanor, la reaparición de personajes muertos y los inventos extraordinarios que traen los gitanos como el imán, la lupa, el hielo, etc., rompen con el contexto de la realidad presente dentro de la obra e invitan al lector a entrar en un mundo en el cual las situaciones más inverosímiles también son posibles, sin tener que buscarles explicaciones.[19] Esto encuadra a la obra dentro del movimiento llamado Realismo mágico, una característica importante en la Literatura Hispanoamericana Contemporánea o el Boom de la Literatura Hispanoamericana. El incesto[editar]Las relaciones entre parientes se marcan dentro del mito del nacimiento de un hijo con cola de cerdo; a pesar de ello, éstas son presentes entre diversos miembros de la familia y diversas generaciones a lo largo del relato. La historia comienza con la relación entre dos primos: José Arcadio Buendía y Úrsula, quienes crecieron juntos en la antigua ranchería, y tienen referencia de unos tíos suyos que tuvieron un hijo con cola de cerdo.[20] [21] Posteriormente José Arcadio (hijo del fundador, a quien en la novela se diferencia del padre nombrandolo siempre sin el apellido) se casa con Rebeca, hija adoptiva de José Arcadio Buendía Y Úrsula, en una supuesta relación de hermanos. Cuando llega inesperadamente José Arcadio a la casa se enamoran instantáneamente y se casan, cosa no aprobada por la familia, especialmente Úrsula, que lo considera una traición. Aureliano José se enamora de su tía Amaranta en una relación frustrada, llegando a proponerle matrimonio, pero es rechazado. Finalmente se presenta la relación entre Amaranta Úrsula y su sobrino Aureliano, quienes desconocen su parentesco debido a que Fernanda del Carpio, abuela de Aureliano y madre de Amaranta Úrsula, ocultó la verdad del origen de él, afirmando que había sido encontrado en una canastilla que flotaba en el río. Referencias religiosas[editar]Algo muy interesante de este libro es la asociación fantasmal con muchos fragmentos de la Biblia y la tradición católica, como su evolución desde la creación (Génesis) hasta la destrucción (Apocalipsis). Se hace referencia por la similitud del relato a hechos tan notables como la Asunción de la Virgen María por la elevación de Remedios la bella,[22] al Éxodo a través de la travesía realizada por las familias fundadoras desde la Guajira por la sierra hasta llegar a la ciénaga, al Diluvio universal a través de las lluvias que asedian a Macondo durante casi 5 años, a las plagas cuando la población sufre de insomnio y de amnesia y al pecado original con el castigo temido por el incesto. También se hace referencia a la Iglesia Católica cuando el padre Nicanor Reyna llega a Macondo a realizar la boda entre Aureliano Buendía y Remedios Moscote y encuentra que el pueblo vive en pecado, sujetos a la ley natural, sin bautizar a los hijos ni santificar las fiestas, y decide quedarse para evangelizarlo. Es entonces cuando se construye el templo del pueblo, atrayendo fieles con la exhibición de la levitación que lograba tomando chocolate. Asimismo José Arcadio (hijo de Aureliano Segundo y Fernanda del Carpio) es enviado a Roma, ya que quieren que se convierta en Papa, lo cual nunca logra. Técnica narrativa[editar]En Cien años de soledad se utiliza una técnica narrativa que recurre a un tono, un espacio y un ritmo novelesco particulares. En conjunto, estos tres elementos permiten que el lector se familiarice con facilidad en la historia. El tono narrativo es claramente definido por una tercera persona o narrador pasivo heterodiegético (externo a la historia), el cual va relatando los acontecimientos sin formular juicios y sin marcar una diferencia entre lo real y lo fantástico. Desde el principio, el narrador conoce la historia y la cuenta en forma imperturbable y con naturalidad, incluso en aquellos episodios en los que se relatan sucesos trágicos. Esta distancia frente a los hechos permite mantener una objetividad del narrador a lo largo de la obra. El espacio novelesco es el universo mostrado por el narrador, en el cual transcurren los acontecimientos. Macondo nace y muere en la obra, en donde se incluyen los personajes y en el cual se observa que todo lo que ocurre externamente es menos denso y consistente dentro del relato. Cabe decir, que el mensaje de esta historia es muy claro pero a la vez complejo, el mundo en sus orígenes era un mundo de paz y tranquilidad pero, con el transcurso de los años, se va destruyendo con la tecnología. Cuando el gobierno y la autoridad, quien antes era José Arcadio Buendía, tratan de organizar el pueblo traen consigo la destrucción de sí mismos y lo único que logran es transformar aquel pueblo que alguna vez era un paraíso. Podemos afirmar esto, cuando se dice que nadie había muerto en Macondo pero desde que la disputa entre liberales y conservadores llega y la fuerza militar aparece, Macondo se ve envuelto en un caos de matanza total. La historia transcurre en un pueblo llamado Macondo, creado por Gabriel García Márquez. Es aquí donde suceden los hechos, que si bien se apoyan de hechos reales, se transforma en ideal por la fantasía del autor, donde todo es posible: seres más que centenarios, lluvias que duran más de cuatro años, apariciones y diálogos con muertos, alfombras que vuelan, etc. En sus comienzos, Macondo, era un "mundo ideal", un paraíso. "Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos". "En pocos años, Macondo fue la aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era de verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto". Pero en el transcurso de la historia este mundo de realidades mágicas se ve afectado cuando entra "el mal" en Macondo, las guerras civiles, la fiebre del banano, la llegada de gente de distintos lugares a raíz de la empresa bananera, el odio político, pobreza, las matanzas, las sequías, la llegada del ferrocarril, lo que solo trae desgracias y muertes. Así, lo imaginario y lo real se enlazan con la historia de Colombia y con los males que afectan a toda Latinoamérica. Y terminando con el exterminio total de la aldea Macondo. "Macondo estaba en ruinas. En los pantanos de las calles quedaban muebles despedazados, esqueletos de animales cubiertos de lirios colorados, últimos recuerdos de las hordas de advenedizos que se fugaron de Macondo tan atolondradamente como habían llegado". "Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros...". Finalmente el ritmo narrativo le imprime a la historia un dinamismo que se complementa con el tono. En pocas palabras el narrador cuenta muchas cosas, condensando la información y mostrando los detalles esenciales de la historia. A lo largo de la obra se recurre a diversas figuras literarias: Oxímoron (presenta exageraciones utilizando palabras incongruentes y contradictorias): «La región encantada que exploró José Arcadio Buendía en los tiempos de la fundación, y donde luego prosperaran las plantaciones de banano, era un tremedal de cepas putrefactas». Sinestesia (metáfora que presenta sensaciones corporales de un sentido en otro): «delicado viento de luz». Anáfora (repetición de una palabra para dar más énfasis a la frase): «...veía los muertos hombres, los muertos mujeres, los muertos niños que iban a ser arrojados al mar como banano de rechazo». Símil (comparación directa): «Amaranta Úrsula fue cerrando los dedos como un molusco». Epifonema (frase que quiere dejar una enseñanza): «El coronel Aureliano Buendía apenas sí comprendió que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad». Tiempo y espacio[editar]La novela está ambientada en el pueblo de Macondo, lugar ficticio que refleja muchas de las costumbres y anécdotas vividas por García Márquez durante su infancia en su pueblo natal, Aracataca, en la Costa Caribe de Colombia. El sentido multifacético del tiempo que discurre entre lo eterno, lo lineal y lo cíclico y una prosa rítmica cercana a la tradición oral le confieren a la novela su carácter distintivo de mito críptico que llevó a los críticos a considerarla como una de las obras fundadoras del género literario conocido como realismo mágico. Ubicación geográfica[editar]Las referencias de la novela ubican a Macondo en algún lugar de la Costa Caribe colombiana entre la Ciénaga Grande de Santa Marta y la Sierra Nevada de Santa Marta, zona correspondiente a los municipios de Ciénaga (Magdalena), Zona Bananera, Pueblo viejo y Aracataca (población de origen del autor).[23] Tiempo histórico[editar]Cien años de soledad puede ubicarse en la historia de Colombia entre mediados del siglo XIX y mediados del siglo XX, época claramente reconocible por las guerras civiles que enfrentaron a los nacientes partidos liberal y conservador que debatían las ideologías de régimen federalista y centralista en el país. Durante la Regeneración, el presidente Rafael Núñez promulga la constitución de 1886, la cual establece un régimen centralista en materias principalmente política y económica,[24] iniciando por entonces la república conservadora (que se prolonga hasta 1930) y teniendo como principal detractor a Rafael Uribe Uribe, quien lidera la guerra civil de 1895 y la Guerra de los Mil Días. En 1906 se construye el ferrocarril que conectaba a Santa Marta y Ciénaga (Magdalena)[25] y por entonces se establece en el país la compañía United Fruit Company para la explotación bananera,[26] situación que trae un rápido desarrollo a la región. El trato inhumano a los trabajadores obligó a organizar una huelga en noviembre de 1928 que desencadenó los acontecimientos conocidos como la Masacre de las Bananeras, narrada en la novela. Tiempo cíclico[editar]A pesar de estar ubicada en un marco histórico reconocible, la historia parece estática ya que ocurren acontecimientos que se repiten en forma cíclica una y otra vez. Gabriel García Márquez dotó de cierta personalidad a los personajes que aparecen al principio de la obra, personalidad que se ve reflejada en cada nuevo personaje que nace y adopta el mismo nombre de su antepasado, como en el caso de los Aurelianos y los José Arcadios.[27] Esta misma característica se presenta en otras situaciones como las relaciones incestuosas y los destinos solitarios de sus protagonistas, en un círculo vicioso que solo termina cuando el pueblo entra en decadencia y se acerca el fin de la familia Buendía. Personajes[editar] Árbol genealógico de la familia Buendía.Primera generación José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán Segunda generación José Arcadio, Coronel Aureliano Buendía, Amaranta, Rebeca Tercera generación Arcadio, Aureliano José, Santa Sofía de la Piedad, 17 Aurelianos Cuarta generación Remedios la bella, José Arcadio Segundo, Aureliano Segundo, Fernanda del Carpio Quinta generación Renata Remedios (Meme), José Arcadio, Amaranta Úrsula, Sexta generación Aureliano Babilonia Séptima generación Aureliano (el nombre que elige su madre es Rodrigo, pero no llega a usar ninguno de los dos) Primera generación[editar]José Arcadio Buendía[editar]Patriarca de la familia Buendía y fundador de Macondo. A sus 19 años de edad se casa con su prima, Úrsula Iguarán. Es una persona de carácter fuerte, de voluntad inamovible, de gran fortaleza física, con ilusiones extravagantes, gran interés por la ciencia, la mecánica y la alquimia, muy idealista y aventurero. Abandona con su familia el antigüo pueblo en que habitaban a consecuencia del hostigamiento del fantasma de Prudencio Aguilar, a quien José Arcadio asesina después de que éste lo ofendiera al gritarle en una gallera que ojalá su gallo le hiciera "el favor" a su mujer, ya que la gente sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían mantenido relaciones íntimas luego del matrimonio por una falta de virilidad ó impotencia de José Arcadio Buendía. Debido a su fuerte inclinación por la ciencia y su espíritu de explicarse a sí mismo ciertos misterios, socializa con los gitanos, en donde consolida una gran amistad con el líder de esa tribu nómada, Melquíades. Más tarde, Melquíades había de influir mucho en todo el linaje de la familia Buendía debido a muchos aspectos, los daguerrotipos o los pergaminos por mencionar algunos. Tras vivir una vida con ímpetu y sueños, poco a poco va perdiendo la cordura, hasta que lo atan al castaño del patio de la casa. Antes de su muerte, convivía mucho con el fantasma de Melquíades. José Arcadio Buendía muere en su habitación, y durante toda la noche de ese día llueven flores amarillas y minúsculas. Úrsula Iguarán[editar]Prima y esposa de José Arcadio Buendía. Además de ser el motor espiritual de la familia, es su cabeza económica. Se caracteriza por ser una mujer emprendedora y trabajadora que, con su esfuerzo y prósperas empresas, empuja hacia adelante a toda la familia Buendía. Posee un comportamiento fuerte y busca el bienestar de todos; pero sufre constantemente al ser la «voz de la razón de una familia de locos», como ella lo afirma. Es una mujer parsimoniosa y nunca se rinde ante las adversidades que azotan a la familia Buendía. Ella había de influir mucho en los pensamientos y decisiones que más tarde emprenderían los miembros de la familia. En sus últimos años, de ser una mujer fuerte y vivaz, pasa a ser el objeto con que se divertirían Aureliano y Amaranta Úrsula. Durante el diluvio, poco a poco sucumbe a la demencia senil y pierde completamente la vista; sin embargo, siempre mantiene su espíritu que la caracteriza. Vive apróximadamente 120 años de edad. Durante su entierro, un calor sofocante invade Macondo. Segunda generación[editar]José Arcadio[editar]Es el primogénito de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía, tiene una gran fuerza de voluntad, heredada de su padre, y una forma de ser impulsiva. Tiene una relación con una amiga de la familia mucho mayor que él, Pilar Ternera, pero la abandona después de dejarla embarazada. Deja su familia por el amor que siente por una joven gitana, pero regresa sorprendentemente muchos años después como un hombre mujeriego, corpulento, hablando en lenguaje de marineros, con niños-en-cruz y tatuado, afirmando en su jerga que ha navegado por los mares del mundo y ha dado la vuelta al planeta 65 veces. Se casa con Rebeca y, a causa del escándalo, terminan por vivir alejados de la familia. Después empieza a trabajar las tierras adyacentes a su casa y luego a usurpar las mejores tierras de sus vecinos en Macondo. El robo es legalizado por su hijo Arcadio, al crear una oficina de registros mientras tuvo el cargo de jefe civil y militar, pero las tierras son devueltas muchos años después por su hermano Aureliano a sus propietarios originales. Por razones no claras, José Arcadio es asesinado por Rebeca después de regresar de cacería; la sangre de su cuerpo recorre en un hilo todo el pueblo hasta llegar a la casa de la familia, donde se encontraba su madre Úrsula, quien recorre el camino en sentido contrario, hasta dar con el cuerpo de su hijo. El olor a pólvora de su cuerpo permanece años en Macondo, incluso después de ser enterrado, hasta que los ingenieros de la industria bananera tapan su tumba con un caparazón de hormigón. Coronel Aureliano Buendía[editar]Es el segundo hijo de la familia y la primera persona que nace en Macondo. Tiene la mentalidad y naturaleza filosófica de su padre, puede pronosticar acontecimientos, posee una extraña manera de ser solitario y retraído, aunque de un carácter implacable. En su niñez tenía el poder de mover objetos y suscitar situaciones similares a fenómenos paranormales. Aprende de su padre la metalurgia y platería, y se dedica a fabricar pescaditos de oro como oficio. Tiene un hijo con Pilar Ternera, a quien llamarán Aureliano José. Se casa con Remedios Moscote, una niña de apenas 9 años de edad, de quien enviuda poco después de casado. Viendo la trampa de su suegro, Apolinar Moscote, durante las elecciones, se une al partido liberal cuando comienza la guerra cívil, como coronel al mando de las fuerzas revolucionarias, en una mezcla de pasión por las armas y las ciencias. Pelea contra el gobierno conservador en 32 guerras cíviles (las cuales pierde todas), y lleva su lucha hasta Centroamérica, desde donde impulsaba un proyecto para derrocar todos los gobiernos conservadores del continente. En distintas ocasiones evitó la muerte y el fusilamiento (momento al cual se hace alusión en muchos momentos de la obra, como en el principio). Incluso sobrevivió a un suicidio, al dispararse en un punto de su pecho pintado por un médico que adivinó sus intenciones ante su petición, punto en el cual no salía afectado ningún órgano vital. El médico consideró esta acción «su obra maestra». El coronel tuvo 17 hijos con 17 mujeres distintas durante la guerra. Luego de padecer el dolor y las penurias emocionales que le trae la guerra, pierde todo interés en la batalla, firma un tratado de paz (el tratado de Neerlandia) y regresa a casa. Durante su vejez, pierde toda capacidad de emoción y de memoria, dedicando todos los días a su vieja labor de fabricar pescaditos de oro en su antigüo táller de platería; revela así su dolor más grande, la incapacidad de amar. Muere de viejo un día sin alguna explicación. Fue el único a quien Fernanda no hizo blanco de sus berrinches. Es el más profundo ejemplo de soledad en la obra. De acuerdo con lo afirmado por García Márquez en el libro El olor de la guayaba, el coronel Aureliano Buendía es una alusión al general Rafael Uribe Uribe,[28] tanto por el físico del coronel, que corresponde completamente al del general (contextura delgada y ósea, bigote afilado, mirada penetrante), como por ser ambos liberales y por el hecho de que todas las guerras cíviles que iniciaron, las perdieron (15 el general y 32 el coronel). Tanto el coronel Aureliano Buendía como el general Rafael Uribe Uribe se unieron al federalismo triunfante en Centroamérica en busca de adeptos para desarrollar un plan continental de derrocamiento de regímenes conservadores. Ambos, además, renunciaron a la guerra como medio para resolver los conflictos políticos y sociales del país. A diferencia del coronel, Uribe Uribe murió asesinado. Amaranta[editar]La hija menor de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, Amaranta, creció en compañía de Rebeca; no obstante, sus sentimientos por su hermana adoptiva cambian ante la aparición de Pietro Crespi en la vida de los Buendía, ya que ambas se interesan en él durante su adolescencia y nace entonces una rivalidad entre ellas. Cuando Rebeca se casa con José Arcadio, Amaranta rechaza a cualquier hombre que la busque, incluyendo a Pietro Crespi, quien la corteja después de que Rebeca lo deja, pero lo rechaza de tal modo que hace que el italiano se suicide por ella. Tiene un breve romance con su sobrino Aureliano José, a quien ella crió luego de que su padre se fuese a la guerra, y en un intento final por dejar su soledad, toca al nieto de su sobrino José Arcadio (hijo de Fernanda y Aureliano Segundo) de forma inapropiada cuando tiene 3 años de edad. Muere soltera y vírgen después de haber tejido y desecho, durante poco más de cuatro años, su propia mortaja. Es un ejemplo de una mujer que rechaza el amor porque tiene miedo de enfrentarse a su propio corazón. Rebeca[editar]Rebeca es una niña huérfana que llega a Macondo, tras un pronóstico por Aureliano Buendía, desde Manaure en compañía de unos traficantes de pieles, cuando tenía unos 10 años de edad, tras perder a sus padres, cuyos huesos conserva en un talego. Trae una carta en la que se explica que era hija de unos primos de Úrsula Iguarán en segundo grado que, ni ésta, ni su esposo recuerdan. Rebeca tiene el hábito de comer tierra y cal de las paredes. Lo hace a escondidas, de donde se deduce que sus padres o los que la criaron la han reprendido por ello. También tiene la costumbre de chuparse el dedo (incluso hasta su adultez). A ambos hábitos retorna cada vez que sufre una crisis emocional. Al regreso de José Arcadio, cuya hombría le causa una tremenda conmoción, rechaza a su prometido Pietro Crespi (quien delante de José Arcadio le parece un «currutaco de alfeñique»), por quien se había trenzado en un duelo a muerte con su hermana adoptiva Amaranta. Luego de casarse con José Arcadio, ambos son desterrados por Úrsula de la casa por la «inconcebible falta de respeto» que habían cometido. Después de la extraña muerte de su esposo (no se revela en realidad al culpable en ningún momento e incluso se insinúa la posibilidad de que la misma Rebeca sea la asesina), Rebeca se encierra y vive en soledad y amargura con su sirvienta, Argénida, por el resto de su vida. Sólo se vuelve a saber de ella cuando su sobrino Aureliano Triste la encuentra al entrar a su casa; y cuando muere, muchos años después, decrépita, con tiña y chupándose el pulgar. Tercera generación[editar]Arcadio[editar]Hijo de Pilar Ternera y José Arcadio hijo; sin embargo, él siempre pensó que sus padres eran José Arcadio Buendía y Úrsula. Al nacer, Úrsula no quería aceptarlo, pero José Arcadio Buendía lo acogió como un Buendía, le dio el apellido y lo llevó a vivir en la casa. Úrsula accedió con la condición de que no se le revelase la verdad. Es un impulsivo profesor de escuela, pero asume el liderazgo de Macondo cuando el coronel Aureliano Buendía se marcha y le encomienda esta misión y se convierte en un dictador tiránico utilizando a sus alumnos como ejército personal. Es fusilado por el capitán Roque Carnicero cuando el régimen conservador asume el poder de Macondo. Aureliano José[editar]Hijo de Pilar Ternera y el coronel Aureliano Buendía. Acompaña a su padre en algunas guerras, pero regresa al pueblo debido a que está enamorado de su tía Amaranta, quien lo crio desde que era bebé. Él sí supo quién era su madre, la conoció y hasta vivió con ella un tiempo. Aureliano José muere al recibir un disparo de un capitán conservador de la guardia durante la guerra, Aquiles Ricardo, al huir de una brigada policial. 17 Aurelianos[editar]Durante sus 32 guerras civiles, el coronel Aureliano Buendía tiene 17 hijos con 17 mujeres diferentes, con cada una de las cuales él está sólo por una noche. Esto se explica ya que tradicionalmente las mujeres jóvenes son enviadas a acostarse con los soldados para tener hijos fuertes que mejoren la raza, y la casa de los Buendía es visitada por 17 madres diferentes solicitando a Úrsula bautizar a sus hijos. Úrsula los bautiza a todos ellos con el nombre de Aureliano y el apellido de sus respectivas madres. Más tarde todos los hijos regresan a la casa de los Buendía dos veces, en la primera Aureliano Triste se queda en Macondo y en la segunda lo hace Aureliano Centeno. En una tercera ocasión llegan a Macondo Aureliano Serrador y Aureliano Arcaya; finalmente son asesinados por el gobierno o por los "gringos", supuestamente debido a una amenaza del coronel. Son identificados por haber sido señalados con la cruz de Miércoles de Ceniza en sus frentes, que nunca pudieron borrarse. Aureliano Amador sobrevive tras esconderse en la selva de la sierra, aunque será asesinado muchos años más tarde, cuando regresa a la casa, encontrándose con Aureliano Babilonia y José Arcadio, que no lo conocen y lo echan, y es disparado por una patrulla oculta. Cuarta generación[editar]Remedios, la bella[editar]Remedios es hija de Arcadio y Sofía de la Piedad, y heredó la belleza de su madre. Es la mujer más hermosa del mundo, pero cuatro hombres mueren trágicamente al tratar de poseerla; ella se mantiene inocente a través de su vida. Era la única persona que el coronel Aureliano Buendía consideraba lúcida en esa casa a pesar de que había de cuidarla para que no dibujara animalitos en las paredes con una varita embadurnada de sus heces. Su olor (un olor inconfundible, desesperante) y presencia trastornaban a los hombres (ajenos a su familia) de Macondo y la plantación bananera. Se dice que tenía poderes de muerte ya que todos los hombres que la pretendían terminaban muriendo. Una mañana, Remedios asciende en cuerpo y alma al cielo ante la mirada de Fernanda quien siente envidia y se muestra disgustada porque se lleva sus sábanas. José Arcadio Segundo[editar]José Arcadio Segundo es el hermano gemelo de Aureliano Segundo, hijo de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad. Úrsula cree que ambos fueron intercambiados en su infancia, ya que José Arcadio comienza a mostrar las características de los Aurelianos de la familia, al crecer siendo una persona pensativa y calmada. En su infancia presenció un fusilamiento, y por eso quedó siempre con el terror de que lo enterraran vivo. Después empezó a ayudar en misa al padre Antonio Isabel, quien lo inició en las peleas de gallos. Hizo el primer y único navío que hubo en Macondo, en el cual trajo las matronas francesas. Juega un rol importante en la huelga de los trabajadores de las bananeras y es uno de los dos sobrevivientes de la masacre (el otro era un niño que llevaba en sus brazos durante la proclamación del decreto que permitía la masacre). Después de ello, dedica el resto de sus días al estudio de los manuscritos de Melquíades, y tutor del pequeño Aureliano. Afirma hasta el fin de sus días "Los mataron a todos. Eran más de tres mil, y los tiraron al mar". Muere al mismo tiempo con su hermano gemelo. Aureliano Segundo[editar]De los dos hermanos, Aureliano Segundo es el más bullicioso e impulsivo, como todos los José Arcadios de la familia. Toma a Petra Cotes como su amante, aún durante su matrimonio con Fernanda del Carpio. Mientras vive con Petra, su ganado se reproduce sin control, y con eso vive en tiempos de abundancia, al punto de tapizar paredes con billetes. Después del diluvio, su fortuna desaparece. Trata durante mucho tiempo de encontrar el tesoro que Úrsula escondió hasta que apareciera su dueño, sin conseguirlo, por lo que dedica sus últimos años de vida a rifar los pocos animales que vivieron después del diluvio, con el objetivo de que su hija Amaranta Úrsula pueda ir a estudiar a Bruselas. Muere al mismo tiempo con su hermano. Durante el funeral se confunden, sus cuerpos son intercambiados, y uno es enterrado en la tumba del otro. Quinta generación[editar]Renata Remedios (Meme)[editar]Meme es la primera hija de Fernanda y Aureliano Segundo. Es enviada a la escuela para aprender a tocar el clavicordio y se gradúa. Mientras se dedica a este instrumento con una 'disciplina inflexible', también disfruta de las fiestas y las exhibiciones siguiendo los excesos de su padre. Conoce y se enamora de Mauricio Babilonia, un aprendiz de mecánico de los talleres de la compañía bananera siempre rodeado de mariposas amarillas. Sin embargo, cuando Fernanda descubre que han tenido relaciones sexuales, solicita al alcalde una guardia nocturna en la casa, con el pretexto de que le robaban las gallinas, la cual le dispara a Mauricio durante una de sus visitas nocturnas y lo deja inválido, y envía a Meme al convento. Meme permanece muda el resto de su vida, no por el trauma que le causó, sino como signo de rebelión y determinación. Algunos meses más tarde se entera de que está embarazada y tiene un hijo, a quien las religiosas llaman Aureliano en honor a su abuelo. Este hijo será llevado a Macondo. Renata muere anciana en el tenebroso hospital de Cracovia, adonde había sido desterrada por su madre, sin pronunciar nunca ni una sola palabra, pensando siempre en su querido Mauricio. José Arcadio[editar]José Arcadio, llamado igual a sus predecesores de acuerdo con la tradición familiar, tiene la personalidad de los Arcadios anteriores. Es criado por Úrsula, quien quiere que se convierta en Papa, para lo cual es enviado a Roma, pero se retira del seminario al poco tiempo. A su regreso de Roma tras la muerte de su madre, descubre un tesoro enterrado y comienza a derrocharlo en fiestas suntuosas, en donde tiene aventuras sexuales con niños. Más adelante hay un acercamiento muy lejano de la amistad entre él y Aureliano Babilonia, su sobrino bastardo, a quien planea dejarle montado un negocio con el oro que encontró, del cual pudiera vivir luego de que él se fuera a Nápoles. Esto nunca se da, porque José Arcadio fue ahogado en la alberca por cuatro niños a quienes había azotado previamente y que, luego del asesinato, se llevaron los tres sacos de oro que sólo ellos y José Arcadio sabían dónde estaban escondidos. Amaranta Úrsula[editar]Amaranta Úrsula es la hija menor de Fernanda y Aureliano Segundo. Tiene las mismas características de Úrsula (la matriarca), quien muere cuando ella es sólo una niña. Nunca se entera de que el niño enviado a la casa de los Buendía es su sobrino, hijo de Meme, con quien tuvo un niño, no como los demás, sino fruto del amor. Luego de pasar su niñez en un convento regresa de Europa con su esposo, Gastón, trayendo una gran jaula con medio centenar de canarios, con los que esperaba repoblar de aves Macondo, que ya no tenía, y con una vitalidad y emprendismo increíbles, pero insuficientes para rescatar la casona Buendía de su indiligencia. Gastón volvió a Bruselas por cuestión de negocios y tomó como si nada la noticia sobre el romance de su esposa con Aureliano Babilonia. Muere desangrada por el parto de su único hijo, Aureliano, que representaba el fin de la estirpe Buendía. Sexta generación[editar]Aureliano Babilonia[editar]Aureliano es el hijo de Meme y Mauricio Babilonia. Es enviado a la casa y escondido del resto del mundo por su abuela, Fernanda, quien inventa la historia de que fue encontrado flotando en una canastilla y lo esconde en el taller de platería. Su personalidad es similar a la del coronel, es un verdadero Aureliano. Apenas alcanza a conocer a Úrsula, quien muere durante su infancia. Es el hombre más sabio de toda la estirpe, que conoce todo sin tener una razón para ello (como él decía, "todo se sabe"). Entabla una gran amistad con José Arcadio Segundo, quien le relata la verdadera historia de la masacre de las bananeras. Mientras que otros miembros de la familia se marchan y regresan (primero muere Úrsula, luego los gemelos, luego se va Santa Sofía de la Piedad, luego muere Fernanda, vuelve José Arcadio, lo asesinan, y finalmente vuelve Amaranta Úrsula), Aureliano permanece en la casa. Sólo se aventura en el pueblo vacío después de la muerte de Fernanda. Pasó toda su infancia y adolescencia encerrado leyendo los escritos de Melquíades y tratando de descifrar sus pergaminos. Muchas veces se le aparece Melquíades (de quien tenía recuerdos previos al momento de su nacimiento), el cual le da las pistas para poder descifrar los pergaminos. En la librería del sabio catalán conoce a sus cuatro amigos Álvaro, Alfonso, Gabriel y Germán. Comienza a visitar burdeles. Se enamora de Amaranta Úrsula, con la cual comienza a mantener una relación clandestina pero cuando se va Gastón pueden amarse en libertad. Es el gran ejemplo de amor en la obra. Durante mucho tiempo sospechan que son hermanos. Tienen un hijo, a quien llaman Aureliano (a pesar de que Amaranta Úrsula quería que fuera Rodrigo), que nace con cola de cerdo. Amaranta Úrsula muere, y Aureliano sale al pueblo, presa del dolor que le causa la muerte de su amada. Es en ese momento cuando grita a los cuatro vientos "los amigos son unos hijos de puta", una frase que demuestra la gran reflexión de la soledad en su corazón. Cuando vuelve ve que su hijo Aureliano está siendo devorado por todas las hormigas del mundo y entonces recuerda el epígrafe de los manuscritos de Melquíades "El primero de la familia está atado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas", y se da cuenta que en esos pergaminos está escrito todo el destino de la familia Buendía. Sin ninguna dificultad descifra los pergaminos en voz alta (y se da cuenta que Amaranta Úrsula era su tía), mientras Macondo comienza a ser destruida por el viento, porque estaba escrito que la ciudad de los espejos (o espejismos) desaparecería de la faz de la tierra y borrada de la memoria de los hombres en el momento que Aureliano Babilonia descifrara la última página de los pergaminos,"pues las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra". Séptima generación[editar]Aureliano[editar]Hijo de Aureliano Babilonia y su tía, Amaranta Úrsula, nació con cola de cerdo, tal y como Úrsula pronosticó que ocurriría, y representa el final de la familia Buendía. A pesar de que su madre quería que se llamara Rodrigo, su padre decide que se llame Aureliano, de acuerdo con la tradición familiar de los Buendía. Como la familia estaba condenada a cien años de soledad, no podría sobrevivir, por lo que muere devorado por las hormigas coloradas que habían invadido la casa durante el diluvio, tal como lo predecía el epígrafe de los pergaminos de Melquíades: "El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas". Personajes externos a la familia[editar]Remedios Moscote[editar]Remedios es la hija menor del corregidor del gobierno conservador en Macondo, don Apolinar Moscote. Es una preciosa niña de ojos verdes y piel de lirio de apenas 9 años. El futuro coronel Aureliano Buendía se enamora de ella, a pesar de su niñez, por lo que la boda se debe posponer hasta cuando ella alcanza la pubertad. Se gana el cariño de la familia Buendía debido a sus perseverantes y dóciles maneras, por lo que su nombre es utilizado en las próximas generaciones. Muere muy joven con dos gemelos en el vientre. Su muerte hace sentir culpable a Amaranta, ya que ésta ruega para que suceda algo que impida el matrimonio entre Rebeca y Pietro Crespi. Úrsula ordena un luto severo de puertas cerradas y sin hablar en voz alta durante un año y ubicó un daguerrotipo de Remedios que habría de estar alumbrado para siempre. Fernanda del Carpio[editar]Fernanda es la cachaca de la historia. De carácter oscuro, triste, afectado y caprichoso, con ínfulas de grandeza y de pertenecer a la realeza. Es muy religiosa, rayana en el fanatismo, hizo del simple acto de comer en la cocina una "misa mayor" en el comedor principal. Conserva el hablar "viciado" y "anacrónico" de los habitantes de las zonas montañosas del interior de Colombia. Nació muy lejos de Macondo (ubicado en el norte del país, en la Costa Caribe), en el páramo (en el interior de Colombia, en la región andina), hija de una familia noble pero empobrecida. Su infancia y su adolescencia las dedicó a estudiar en un convento, donde fue preparada para ser reina. Cuando terminó sus estudios, su madre ya había muerto y en adelante siguió viviendo silenciosamente con su padre, Fernando del Carpio, hasta que Aureliano Segundo llegó a buscarla para casarse con ella luego de que ella y su caravana irrumpieran en los carnavales de Macondo, donde la reina era Remedios, la bella, y la caravana llegó anunciando a Fernanda del Carpio como la mujer más bella en todo el mundo. Se casa con Aureliano Segundo a pesar de que éste sigue viviendo con su concubina. Su llegada a la casa de los Buendía marca el principio de la decadencia de Macondo. Su carácter es además dominante, neurótico y perfeccionista, con el que logró imponer su voluntad en la casa de los Buendía, (aunque nunca se metió con el coronel Aureliano Buendía por temor). Hace todo lo posible para ocultar al mundo sus defectos, porque no soporta ser imperfecta. Al descubrir los amores de su hija Meme con Mauricio Babilonia, hace que este sea baleado por la autoridad, a raíz de lo cual queda inválido y tenido para siempre por ladrón de gallinas. Demostrando su lado desalmado, destierra a su hija a un convento del interior del país, donde Meme decide no volver a decir una sola palabra y termina su vida en completa soledad, en un tenebroso hospital de Cracovia. En sus últimos días vive sola en la casa con Aureliano Babilonia, su nieto a quien nunca quiso ni reconoció. Muere cuatro meses antes de que su hijo José Arcadio volviera de Roma. Prudencio Aguilar[editar]Es un hombre que habitaba en el antiguo pueblo de José Arcadio Buendia (fundador de Macondo). Surgió un pleito entre los dos durante un evento de pelea de gallos a causa de que Úrsula tenía miedo de embarazarse de José Arcadio Buendía puesto que, pensaba que iban a nacer hijos con colas de cerdo. José Arcadio Buendia termina matándolo con una lanza en su garganta. Pero su fantasma termina por desplazar a José Arcadio Buendia y a Úrsula de su hogar lo que los llevaría a fundar Macondo; pero el fantasma de Prudencio Aguilar los seguiría y aparecería con frecuencia hablando con su amigo del mundo de los vivos, José Arcadio Buendía. Desde que José Arcadio Buendía se vuelve loco, Prudencio Aguilar es la única persona con quien tiene contacto. Lo visita en el castaño y comparte con el todas sus emociones. Melquíades[editar]Melquíades es uno de los gitanos que visita Macondo cada año en el mes de marzo, trayendo elementos de diversos lugares del mundo y vende a muchos nuevos inventos, incluyendo dos imanes (José Arcadio piensa hacerse millonario creyendo que atraerían el oro), una lupa gigantesca (José Arcadio Buendía piensa usarla como un arma de guerra iniciando así la era de las guerras solares) y un laboratorio de alquimia entablando una gran amistad con él. Más tarde, los gitanos reportan que Melquíades muere en Singapur tras una epidemia, pero repentinamente regresa a vivir con la familia Buendía (porque según él "no soportaba la soledad de la muerte"), esto lo llevaría a volver de la muerte. Escribe unos pergaminos en los que predice la historia de la familia Buendía, los cuales son traducidos por Aureliano Babilonia mucho tiempo después. También es quien rescata al pueblo de la enfermedad del insomnio con una especie de líquido, contagiada en Macondo por Rebeca. Este personaje está claramente inspirado en el personaje de Septimus Warren Smith de la novela de Virginia Woolf; "La Señora Dalloway". Pilar Ternera[editar]Pilar es una alegre, sabia y decidida mujer que llega a Macondo junto a sus padres en la expedición que funda el pueblo. Se convierte en la concubina de los hermanos José Arcadio y Aureliano, a cada uno de los cuales les da un hijo, Arcadio y Aureliano José (quien terminó entregando la casa de los Buendía), respectivamente. Pilar lee y predice el futuro en las cartas, y luego es la regenta de un prostíbulo. Llega a vivir más de 140 años y la entierran en un gran hueco sentada en su mecedora. Amante y la mejor consejera de los Buendía. Santa Sofía de la Piedad[editar]Santa Sofía es la mujer de Arcadio (no su esposa, ya que nunca se casaron). Hija de un tendero, se vuelve la amante de Arcadio a petición de Pilar Ternera, luego de que Arcadio empieza a perseguirla sin saber su vínculo de sangre. Madre de Remedios, la bella (nombre puesto en contra de la última voluntad expresada por Arcadio, sin embargo coincidiendo con el último pensamiento de éste) y los gemelos José Arcadio Segundo y Aureliano Segundo. Desempeña un papel secundario en la novela, realizando los oficios domésticos durante el tiempo en el cual Úrsula está enferma. Tiene la facultad de "no existir sino en el momento preciso", y en su juventud era muy hermosa y de ella hereda su belleza Remedios. Se marcha durante los últimos años de la existencia de Macondo, al no poder combatir el inminente desastre natural que estaba consumiendo la casa de los Buendía. Nicanor Ulloa y Rebeca Montiel[editar]Padres biológicos de Rebeca Buendía, sus restos se encontraban en un talego de lona que traía Rebeca cuando llegó a Macondo, son enterrados junto a la tumba de Melquíades. Pietro Crespi[editar]Pietro es un músico italiano quien llega a instalar la pianola que animaría la inauguración de la la casa de los Buendía. También para la fiesta enseña los bailes de moda a Rebeca y a Amaranta. Luego de un corto viaje de regreso a Italia, regresa para radicarse en Macondo atraído por Rebeca, y establece una escuela musical. Se compromete con Rebeca, pero Amaranta, quien también está enamorada de él, le hace la vida imposible a Rebeca, incluso amenazándola de muerte para evitar su matrimonio con el italiano. Cuando Rebeca lo deja para casarse con José Arcadio, Pietro corteja a Amaranta, quien tiempo después de haber aceptado su amor se venga de él rechazándolo cruelmente. Desanimado por la pérdida de ambas hermanas, Crespi se suicida cortándose las venas el día de todos los muertos. Gerineldo Márquez[editar]El mejor amigo del Coronel Aureliano Buendía, y su mano derecha en la guerra. Estuvo enamorado toda su vida de Amaranta, y pese a que mantuvo una especie de noviazgo con ella, ésta lo rechazó. Murió de viejo durante el diluvio pensando en Amaranta y esperando la pensión vitalicia que nunca llegó. Petra Cotes[editar]Petra es una decidida y generosa mulata, amante primero de José Arcadio Segundo y luego de Aureliano Segundo. Continúan viéndose, incluso después del matrimonio de Aureliano Segundo, quien finalmente se va a vivir con ella. Esto amarga a su esposa, Fernanda del Carpio, por el resto de su vida. Cuando Aureliano y Petra hacen el amor, sus animales mejoran su fecundidad y se reproducen a una tasa asombrosa, pero sus animales se mueren durante el diluvio que dura casi cinco años. Petra hace dinero con la venta de boletas para rifas, y provee canastas de alimentos para Fernanda y su familia después de la muerte de Aureliano Segundo. Aureliano Segundo y ella consideraban a Fernanda "la hija que nunca tuvieron". Mr. Herbert y Mr. Brown[editar]Mr. Herbert es un gringo que llegó un día a la casa de los Buendía para almorzar. Después de comer bananos (guineo o plátano) por primera vez, gestiona el establecimiento de una compañía para la explotación de la plantación bananera en Macondo. La compañía del plátano es traída por Mr. Brown, su presidente. Meme le ofrece su amistad a Patricia, su hija. Cuándo José Arcadio Segundo colabora en la huelga de los trabajadores de la compañía, les tienden una trampa a los huelguistas y disparan contra ellos en la estación del pueblo, amontonando los cadáveres secretamente en un tren y arrojándolos al mar. José Arcadio segundo, y el niño de siete años que cargó en sus hombros mientras se leía el decreto que permitía la ejecución y Aureliano Babilonia de quien era José Arcadio Segundo tío abuelo, fueron los únicos que sabían que a los huelguistas los habían fusilado en arreglo por la compañía bananera. Mr. Brown condena el diluvio que duró 4 años trayendo consigo la decadencia de Macondo. Mauricio Babilonia[editar]Mauricio es un audaz y brutalmente honesto aprendiz de mecánica de los talleres de la compañía bananera. Aparentemente desciende de los gitanos, y tiene la característica excepcional de ser constantemente seguido por enjambres de mariposas amarillas. Mauricio comienza una relación apasionada con Meme, hasta que Fernanda los descubre y trata de finalizarla. Mauricio continúa ingresando furtivamente a la casa para visitarla, hasta que la guardia del alcalde solicitada por Fernanda le dispara confundiéndolo con un ladrón de gallinas (aunque esto era en realidad lo que Fernanda quería) y pasa el resto de su vida inválido. Meme queda embarazada de Mauricio Babilonia y el hijo, Aureliano Babilonia va ser criado en la casa de los Buendía. Gastón[editar]Gastón es el esposo belga de Amaranta Úrsula. Se casan en Europa y regresan a Macondo. Gastón es unos quince años mayor que Amaranta Úrsula. Es un aviador y aventurero. Cuándo él se da cuenta de que su esposa piensa quedarse en Macondo, arregla que le envíen un avión para realizar un servicio de correo aéreo, pero el avión es enviado por error a Makondos, África. Cuándo él le escribe a Amaranta Úrsula para informarle que volverá a Macondo, Amaranta le responde confesándole su amor con Aureliano Babilonia. Gastón toma la noticia con naturalidad, solicitando el envío de su velocípedo y deseándoles mucha felicidad. Nigromanta[editar]Era bisnieta del negro antillano más viejo que quedaba vivo en los tiempos en que Aureliano Babilonia comenzó a recorrer el pueblo luego de la muerte de José Arcadio. Este negro era el único que quedaba que recordaba al coronel Aureliano Buendía, por lo que se hicieron amigos. Luego de la muerte del negro, Aureliano siguió teniendo contacto con Nigromanta, una negra grande que preparaba caldos. Mantienen una relación más o menos estable, pero era sólo porque Aureliano no soportaba no poder estar con Amaranta Úrsula. Tiempo después presta el mismo servicio a Gabriel. El sabio catalán[editar]Era el viejo que atendía la tienda donde Aureliano compró los libros necesarios para descifrar los pergaminos de Melquíades, en el rincón del pueblo frente al cual se descifraban los sueños en los tiempos de la compañía bananera. Su librería estaba compuesta por libros muy antiguos, y prácticamente nadie lo visitaba, a excepción de Aureliano Babilonia y sus cuatro amigos. Su principal actividad en Macondo consistió en escribir tres cajones de libros. Era tan fuerte la nostalgia que volvió a su pueblo natal, pero ahí tuvo la nostalgia de Macondo, y esta nostalgia doble lo confundió tanto que perdió el sentido de la realidad. Por un tiempo mantuvo correspondencia con Aureliano y Gabriel, hasta que un día llegó una carta que Aureliano no quiso leer, en la cual se informaba de su muerte. De este personaje salió la famosa frase: "toda primavera antigua es irrecuperable.." El sabio catalán es un homenaje al escritor catalán Ramón Vinyes, figura legendaria de la intelectualidad barranquillera, alrededor de quien giraron las actividades intelectuales del Grupo de Barranquilla, junto con el también legendario José Félix Fuenmayor. Álvaro, Alfonso, Gabriel y Germán --Son los cuatro amigos de Aureliano Babilonia a quienes conoce en la tienda del sabio catalán. Se entretienen haciendo debates sobre literatura y yendo a los burdeles (el de las niñas que se acostaban por hambre o "El niño de oro", de Pilar Ternera). De los cuatro, el más cercano a Aureliano es Gabriel, ya que es bisnieto de Gerineldo Márquez (quien había sido amigo del coronel Aureliano Buendía) y por lo mismo es el único que cree fielmente en las historias que cuenta Aureliano de su pariente el coronel Aureliano Buendía y sobre la masacre de la compañía bananera. Cuando el catalán les aconseja irse de Macondo, Álvaro toma un tren sin regreso; Alfonso y Germán desaparecen inexplicablemente; mientras que Gabriel se queda un tiempo más en Macondo, siendo "atendido" por Nigromanta y por Mercedes, su novia que trabajaba en la botica. Finalmente Gabriel gana un pasaje a París en un concurso y Aureliano se queda solo. Estos personajes son un homenaje de García Márquez a sus amigos del Grupo de Barranquilla: Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas. Gabriel es una alusión a sí mismo. Apolinar Moscote --Llega a Macondo como corregidor del gobierno, pero siempre es tratado como una autoridad decorativa. Tiene 7 hijas, de las cuales una se casa con Aureliano y otra con el hermano menor de Pietro Crespi. Trata de volver conservador a Aureliano, quien, en cambio, se convierte en ferviente liberal. Otros personajes ---Mercedes: Mercedes Barcha, esposa de García Márquez. En la novela, la silenciosa boticaria novia de Gabriel, (el padre de Mercedes Barcha era boticario). También se menciona a Rodrigo (uno de los hijos de García Márquez y Mercedes Barcha) como el posible nombre del hijo de Amaranta Úrsula con Aureliano, y a Gonzalo (otro hijo de García Márquez y Mercedes Barcha) y a Rodrigo como los posibles nombres de los hijos de Amararanta Úrsula con Gastón. Rafael Escalona: Reconocido compositor de vallenatos, gran amigo personal de García Márquez. Se le menciona como "el sobrino del obispo", en alusión a que Escalona era sobrino del obispo y poeta Rafael Celedón, importante personaje de Santa Marta. Lorenzo Gavilán: personaje de la novela La muerte de Artemio Cruz, de su gran amigo Carlos Fuentes. Rocamadour: Personaje de Rayuela, de Julio Cortázar. Es el bebé de la Maga; fallece antes de culminar "Del lado de allá". Víctor Hugues: Héroe de El Siglo de las Luces, de Alejo Carpentier. Político francés que implantó las ideas de la Revolución Francesa en el Caribe en su calidad de administrador de las colonias francesas en dicha región. José Asunción Silva: aunque indirectamente, JAS está presente cuando el coronel Aureliano Buendía le pide al médico que le pinte en el pecho el lugar exacto del corazón, para después intentar suicidarse dándose un tiro allí. El coronel no logró su cometido, a diferencia de Silva. Génesis de la novel .La redacción de la novela demandó al autor 14 meses de trabajo en su casa de la Ciudad de México, desde octubre de 1965, pero puede afirmarse también que su génesis concluyó el 5 de junio de 1967, fecha de la publicación por Editorial Sudamericana de Buenos Aires. Tiempo antes de comenzar la redacción de Cien años de soledad, el cronista de la literatura latinoamericana Luis Harss preparaba un libro sobre los 9 principales escritores latinoamericanos y poco después, habiendo apenas leído algunos libros del poco conocido en ese entonces Gabriel García Márquez, decidió hacer su libro sobre 10 escritores, incluyéndolo. En ese momento Francisco Porrúa de la editorial Sudamericana contactó a García Márquez con la intención de publicar sus libros, pero el escritor colombiano ya los tenía comprometidos y le ofreció el que había comenzado a escribir. Cerraron el contrato y poco a poco los capítulos fueron enviados desde México a la editorial en Argentina. La novela fue un éxito, el tiraje inicial fue de 8 000 ejemplares, los cuales se vendieron en los primeros 15 días.[29] Fue necesario hacer otro tiraje de 10 000 ejemplares que también se vendieron muy rápido, así pronto se realizaron contratos para su traducción a otros idiomas. Se han vendido más de 30 millones de ejemplares en los cerca de 40 idiomas a los que ha sido traducida. Interpretaciones --Desde su publicación en 1967, Cien años de soledad ha sido objeto de múltiples críticas e interpretaciones desde diversas culturas a las cuales ha llegado esta obra. En el ámbito latinoamericano, el escritor y Premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa, quien publicó en 1971 el libro García Márquez: historia de un deicidio en donde analiza su obra, afirma que Cien años de soledad es «una de las obras narrativas más importantes en nuestra lengua» y destaca la ambición del autor por crear «un mundo vasto, aprisionando tantas cosas y tan diversas dentro del espacio novelesco»; el escritor uruguayo Mario Benedetti calificó en 1972 a Cien años de soledad como «una empresa que en su mero planteo parece algo imposible y que sin embargo en su realización es sencillamente una obra maestra», afirmando que Macondo hasta antes de esta obra era una imagen de Colombia, pero después de ella se transformó en América Latina.[9] Por su parte, el escritor chileno y ganador del premio Nobel de Literatura Pablo Neruda llamó a esta obra «El Quijote de nuestro tiempo». Uno de sus principales críticos en la edición inglesa es el escritor y periodista norteamericano Norman Mailer, quien afirmó que en este libro Gabriel García Márquez «creó cientos de mundos y personajes en una obra absolutamente sorprendente» Por su parte, en la edición francesa, el novelista tunecino Hubert Haddad, quien ha analizado la obra de García Márquez, calificó esta novela en el género de memorias del autor, ya que sus relatos rememoran el entorno en donde creció. Otros personajes reconocidos han opinado acerca de Cien años de soledad. Tal es el caso del pintor español Pablo Picasso, quien afirmó que con esta novela sintió un gran impacto que no sentía desde hace muchos años con una obra literaria, y el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien manifestó que éste ha sido su libro favorito. Cien años de soledad en otros idiomas --En inglés ..La traducción de Cien años de soledad al inglés fue realizada por el reconocido catedrático Gregory Rabassa en 1970. García Márquez se pone en contacto con Rabassa por recomendación de Julio Cortázar después de su trabajo de traducción de Rayuela. Su trabajo con la novela de García Márquez le dio fama al recibir elogios del propio autor, hasta el punto de afirmar en diversas oportunidades que prefiere esta versión a su original. En este idioma, la novela bajo el título One Hundred Years of Solitude, ha logrado posicionarse en la lista de los libros más vendidos,[33] atrayendo el interés de los lectores y editores anglosajones e incluso observando influencias de esta obra en escritores contemporáneos. En italiano --Una de las primeras traducciones publicadas fue la italiana, realizada por Enrico Cicogna en 1968 y publicada en mayo por la Casa Editorial Feltrinelli, con el título Cent'anni di solitudine. Cicogna se ha convertido en traductor oficial de las obras de García Márquez al italiano, interpretando y expresando en forma adecuada sus narraciones. En francés --En el idioma francés, la traducción fue obra de los filólogos Claude y Carmen Durand en 1968, publicada por la editorial Editions du Seuil de París, y ha tenido diversas ediciones;[34] su título en francés es Cent ans de solitude. Los esposos Durand han traducido también obras de otros autores latinoamericanos, como Isabel Allende. En alemán ---En alemán, Cien años de soledad fue traducida en 1970 con el título Hundert Jahre Einsamkeit por Curt Meyer-Clason, quien cuenta con un extenso historial de obras traducidas desde español y portugués, entre cuyos autores se destacan Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, César Vallejo y Rubén Darío. En esperanto -La traducción de Cien años de soledad al idioma esperanto fue obra del periodista y filólogo español Fernando de Diego, realizada en 1992 bajo el título Cent jaroj da soleco. Dicho escritor es reconocido por su labor de traducción a dicho idioma de diversas obras de la literatura universal, entre las cuales es posible mencionar El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Veinte poemas de amor y una canción desesperada y La familia de Pascual Duarte, entre otras. En polaco --En Polonia la novela fue traducida en 1974 por la filóloga Grażyna Grudzińska y la traductora Kalina Wojciechowska, bajo el título Sto lat samotności. La primera edición fue publicada por la editorial Państwowy Instytut Wydawniczy, pero ediciones más recientes (la última, vigésima edición, de mayo de 2007) han sido publicadas por la editorial Muza SA. Grażyna Grudzińska es catedrática, profesora de la Universidad de Varsovia; Kalina Wojciechowska ha traducido también otras importantes obras de literatura española e inglesa como, por ejemplo, los libros de Miguel de Unamuno y William Faulkner. En catalán -En catalán, Cent anys de solitud fue traducida en 1970 por Avel·lí Artís-Gener, para la editorial Edhasa, Barcelona. En checo -La versión checa, Sto roků samoty apareció en 1971, traducida por Vladimír Medek.[35] Hay 6 reediciones posteriores. En danés -En danés, la novela fue traducida con el título "Hundrede års ensomhed" por Merete Knudsen. En chino .Tras varias versiones que infringían los derechos de autor, finalmente en 2011 salió la primera traducción autorizada al chino, obra del catedrático de la Universidad de Pekín Fan Ye (范晔). La labor de traducción de la novela, cuyo título es "百年孤独",[38] le tomó cerca de un año. La editorial Thinkingdom Media Group Ltd. pagó los derechos de edición para un tiraje inicial de 300 mil ejemplares y prometió utilizar todos los recursos jurídicos para retirar las versiones piratas. Tan solo en sus primeros seis meses vendió más de un millón de ejemplares. En wayuunaiki ---El compositor de música vallenata Félix Carrillo Hinojosa es el gestor de la traducción de la obra a idioma wayuunaiki, para la cual se reunió un grupo de nativos integrantes de la comunidad wayú tanto colombianos como venezolanos.[42] La obra, cuyo título es poloojikiijuyajünainamuiwawaa,[43] será publicada por la editorial Iguaraya y contará con un prólogo escrito por el propio Gabriel García Márquez.[44] De acuerdo a lo que se ha anunciado, se espera que la obra esté terminada para el mes de mayo de 2013. Trascendencia ---La originalidad de esta obra se hace evidente en la trascendencia que ha tenido para la literatura universal. La novela es considerada referente del llamado boom latinoamericano y del realismo mágico, y diversos escritores que han sido fieles a este mismo estilo como Isabel Allende. Después de Cien años de soledad se suscita una escuela macondiana que tuvo repercusión en países tan lejanos como en la India, con el escritor Salman Rushdie. Esta obra literaria ha inspirado a otras expresiones artísticas como la música; las canciones Roderigo, de la banda Seven Mary Three; The Sad Waltzes of Pietro Crespi, de Owen; Banana Co., de Radiohead; Sto Let Odinochestva, de Belaya Gvardiya; Macondo, del cantante mexicano Óscar Chávez; Macondo Express, Il ballo di Aureliano, Remedios, la bella y Cent'anni di solitudine, del grupo italiano Modena City Ramblers, se basan en la novela. La obra se representó en la pieza teatral One Hundred Years of Solitude (百年の孤独) del grupo japonés Tenjō Sajiki en 1981 y posteriormente se adaptó en la película Farewell to the Ark (さらば箱舟) dirigida por el japonés Terayama Shūji en 1984. En 2005 la televisión húngara realizó un documental basado en el libro Cien años de soledad (Száz év magány, en húngaro), bajo la dirección de Peter Gothar, el cual fue filmado en Cartagena de Indias, dentro de la serie de televisión denominada "A Nagy Könyv" (Grandes libros). Por iniciativa de Pedro Sánchez, alcalde de la población natal de Gabriel García Márquez, Aracataca, en 2006 se realizó una consulta popular para cambiar el nombre de la población (el cual la identifica desde 1915) por Macondo, como en la obra. Después de una marcada abstención la iniciativa fue negada ya que requería de 7 500 votos a favor, y solamente se registraron 3 596 electores. Durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española el 26 de marzo de 2007 en Cartagena de Indias se llevó a cabo un gran homenaje a Gabriel García Márquez y su obra al cumplirse los 40 años de publicación de Cien años de soledad.[50] Asistieron a dicho evento el rey de España Juan Carlos I, la reina Sofía de Grecia, el presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, el presidente de Panamá Martín Torrijos, el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton y varios escritores, entre muchos otros invitados ilustres, quienes elogiaron la obra de García Márquez. Además, la Real Academia Española, junto con la Asociación de Academias de la Lengua Española, por considerarla "parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos" y teniendo en cuenta la acogida que había tenido dos años antes la edición de Don Quijote de la Mancha que las academias promovieron con motivo de su IV centenario, lanzaron ese mismo año una edición popular conmemorativa con texto revisado por el propio Gabriel García Márquez y textos introductorios a la obra de García Márquez de la mano de Álvaro Mutis, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Víctor García de la Concha y Claudio Guillén. El 6 de marzo de 2013 se lanzó la primera edición del libro electrónico para comprar y descargar, que fue publicada por la editorial Leer-e en formato Kindle y ePub. Cultura popular --La obra ha pasado a ser parte de la cultura popular latinoamericana, haciéndose referencias a menudo a Macondo, el pueblo ficticio en el que se desarrolla la novela. En 1969, apenas publicada la novela, el compositor peruano Daniel Camino Diez Canseco gana el Festival de la Canción de Ancón (Perú) con la cumbia «Los cien años de Macondo» que es una síntesis de distintos sucesos de la obra y sus personajes; igualmente por esa época la colombiana Graciela Arango de Tobón compuso "Yo ma voy pa' Macondo", y ambas canciones fueron popularizadas por el cantante Rodolfo Aicardi con el grupo "Los hispanos" de Colombia y por otros varios músicos que produjeron versiones en todo el mundo y en otros idiomas. En 1983, la agrupación vallenata Los Hermanos Zuleta grabaron el disco «El vallenato Nobel», donde sobresale el tema del mismo nombre, composición del maestro Rafael Escalona. Asimismo, la canción «Sudamérica suda», del grupo de rock chileno Sexual Democracia, hace referencia a Cien años de soledad al comparar la historia de Macondo con la historia de América del Sur. En la localidad española de Cáceres existe una calle llamada "Calle de Cien años de soledad", así como varias calles con nombres de diversos protagonistas: "Calle Coronel Aureliano Buendía", "Calle José Arcadio Buendía", "Calle Pilar Ternera", etc. Premios .. Cien años de soledad recibió el Premio Rómulo Gallegos en Venezuela en 1972 y el Premio al mejor libro extranjero (Prix du Meilleur Livre Étranger) en Francia en 1969. Adicionalmente, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982 por su obra completa, además de poseer el récord del libro más vendido editado originalmente en castellano. Las primeras pruebas de galeras de la novela Cien años de soledad con correcciones manuscritas de Gabriel García Márquez para la primera edición del libro fueron declaradas como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional en la categoría de Patrimonio Inmaterial de Colombia a través de la resolución 1109 del 19 de julio de 2001.

COLLEN MCCULLOUGH . EL PAJARO ESPINO ----POR RITA AMODEI

COLLEN MCCULLOUGH , " EL PAJARO ESPINO -----POR RITA AMODEI

The Thorn Birds (titulo original de 1977 conocido en Latinoamérica como El pájaro canta hasta morir o Amor entre espinas y en España como El pájaro espino) es una novela de drama y romance, de la escritora australiana Colleen McCullough. En 1983 fue adaptada como miniserie de televisión y durante su transmisión se convirtió en la mini-serie en segundo lugar de audiencia de los Estados Unidos después de la mini-serie Raíces; ambas series fueron producidas por el veterano de la televisión David L. Wolper. La mini-serie tiene como elenco a Richard Chamberlain, Rachel Ward, Barbara Stanwyck y Christopher Plummer, entre otros. Se fija sobre todo en Drogheda, una hacienda ficticia de grandes extensiones donde se crían ovejas en el estado de Nueva Gales del Sur (Australia). La historia se desarrolla en el periodo 1915-1969, al comienzo enfocada en la familia Cleary para luego centralizarse en la relación de Meggy Cleary y el ambicioso Padre Ralph de Bricassart, sacerdote ansioso de poder político-eclesiástico. La autora del relato tuvo un hermano, Karl, ahogado a la edad de 25 años mientras rescataba a unas personas en Malia, en la isla de Creta. Este acontecimiento fue reflejado en la muerte de Dané, uno de los personajes de la historia. Estructura .La novela está dividida en siete títulos y estos a su vez en diecinueve capítulos que abarcan una historia comprendida entre los años 1911 y 1969, en distintas ubicaciones de Nueva Zelanda, Australia, Italia, Inglaterra y Grecia (Creta). Uno . 1915-1919 Meggie[editar]La epopeya comienza con Meghann "Meggie" Cleary, a sus cuatro años, una muchacha que vive en Nueva Zelanda, en la segunda década del siglo XX , la única hija de Padraic y Fiona Cleary, la cual conformaba una familia de compuesta casi en su totalidad por hombres. Padraic Cleary era un trabajador de granja que había llegado desde Irlanda a buscar mejores oportunidades; no así su esposa Fiona Cleary que provenía de una aristocrática familia. Meggie era una hermosa niña con el pelo rizado de color rojo-oro y ojos gris plateados. (Cosa con la que discrepa la mini-serie de 1983). Ella debe luchar por ser independiente de sus hermanos mayores los cuales eran numerosos y la molestaban al más mínimo detalle. De estos hermanos, su favorito es el mayor, Frank, el cual es también su consejero y con quien puede recurrir cuando sus otros hermanos la molestan. Él es mucho más bajo de estatura que sus hermanos (pese a ser el mayor), pero muy fuerte y también a diferencia de los otros Clearys, él tiene el pelo y los ojos de color negro.